Sí, ya estamos en otoño otra vez. ¡Mi estación favorita! Por supuesto que no hablo de los días grises y sombríos en los que llegas a casa empapado por la lluvia. Me gustan especialmente esos preciosos días soleados, el frescor de las mañanas con el rocío en la hierba, la naturaleza cambiante y los colores vibrantes. Como el cálido naranja de las hojas y, por supuesto, ¡las calabazas! Me chiflan, y en esta estación las puedes encontrar de todas las formas y tamaños. Además de colocarlas como decoración por toda la casa, suelo preparar curry, sopa o una ensalada con la variante comestible.
No desperdicies nada de tu calabaza
¿Sabías que muchas de las calabazas se pueden utilizar enteras (excepto el tallo)? Cuando preparo curry o una sopa, añado trocitos con la cáscara incluida. Las calabazas de invierno y las japonesas Hokkaido y kabocha verde son las más adecuadas y sabrosas para ello. Te he preparado tres deliciosas recetas con calabaza. Espero que te sirvan de inspiración para ponerte manos a la obra y, como yo, ¡para desperdiciar lo mínimo posible de esta hermosa verdura otoñal!
1. Tortitas de calabaza
Estas sustanciosas tortitas están tan buenas que a veces ni siquiera llegan a la mesa a la hora del desayuno. Son ideales para antes de hacer ejercicio ¡y una forma estupenda de empezar el día comiendo verduras! Las tortitas están buenísimas, son blanditas y con un toque dulce.
Ingredientes:
- 150 g de calabaza (sin cáscara)
- 20 g de avena
- 1 huevo
- 1 clara de huevo
- 2 dátiles
- 1 cucharada de especias para galletas
- aceite de coco para freír
Pela la calabaza, quítale las hebras y las semillas y córtala en dados pequeños (¡reserva las semillas para la receta 2!). Hierve los dados durante 10 minutos. Escurre bien en un colador. Tritura todos los ingredientes en un cuenco hasta obtener un puré suave. Calienta un poco de aceite de coco en la sartén y fríe las pequeñas tortitas hasta que estén bien doradas. Sírvelas con una bola de requesón blando o yogur griego y un poco de miel o sirope.
Consejo: chips de calabaza
Puedes utilizar las cáscaras de calabaza para hacer chips de calabaza. Coloca los trozos de cáscara (preferiblemente lo más finos posible) en una bandeja de horno con papel de hornear, espolvorea con un poco de sal y deja reposar durante 15 minutos para eliminar la humedad de la cáscara. A continuación, rocíalas con un poco (!) de aceite de girasol, pimentón en polvo y, si te gusta, un poco de chile en polvo, y hornea a 140/150 grados Celsius (marca de gas 1 / 275 grados F) hasta que estén bien crujientes.
2. Granola con calabaza y semillas de calabaza
¿No puedes resistirte al dulce? Prueba la granola de calabaza, hecha con la pulpa y las semillas de la calabaza.
Ingredientes:
- 150 g de calabaza (sin cáscara)
- 100 g de avena
- 100 g de frutos secos (nueces, almendras, avellanas)
- 20 g de semillas de calabaza
- 3 cucharadas de miel
- 2 cucharadas de aceite de coco
- una pizca de sal
- 2 cucharaditas de especias para galletas
Pela la calabaza, córtala por la mitad y haz dados pequeños. Hierve los dados durante 10 minutos. Coloca las semillas en agua fría; se quedarán flotando en la parte superior. Desecha las hebras. Hierve las semillas durante 20 minutos en agua con un poco de sal. Ya están listas para ir directas al horno.
Precalienta el horno a 180 grados (marca de gas 4 / 350 grados F). Trocea los frutos secos. Mézclalos con la avena, las especias y la sal. Haz un puré con la calabaza, la miel y la mantequilla e incorpora la mezcla a la avena y los frutos secos. Coloca una hoja de papel para hornear en la bandeja del horno y vierte la granola en ella. Extiende la mezcla hasta que quede repartida por la bandeja del horno. Introduce la granola en el horno durante 10 minutos, dale la vuelta después de 10 minutos y vuelve a meterla en el horno durante otros 10 minutos hasta que adquiera un bonito color marrón claro. Déjala enfriar en la bandeja y ¡listo! Deliciosa con requesón blando o avena.
3. Tarta de otoño
No hay duda de que el mejor pastel del otoño es el que se hace con calabaza y especias de jengibre.
Ingredientes:
- 100 g de mantequilla salada
- 150 g de galletas de trigo
- 60 g de harina de almendras o de trigo sarraceno
- 1 calabaza entera de 1 kg (ecológica/ libre de pesticidas)
- 1 lata de leche entera condensada
- 100 g de azúcar cristal
- 3 huevos
- 2 cucharaditas de especias de jengibre
- una pizca de sal
- 200 ml de nata
Antes de empezar, precalienta el horno a 180 grados (marca de gas 4 / 350 grados F). Derrite la mantequilla en una sartén y tritura las galletas. Mezcla la mantequilla derretida con las galletas trituradas y vierte la mezcla en una bandeja de horno forrada con papel de hornear (24 cm) y presiona hacia abajo (con el dorso de una cuchara, por ejemplo). Introdúcela en el horno durante unos 12 minutos.
Lava bien la calabaza: en esta receta se necesita la cáscara. Córtala por la mitad y quita las pepitas. Retira el tallo duro, corta la calabaza (incluida la cáscara) en dados pequeños y cuécela durante 15 minutos. Escurre bien la calabaza en un colador. Tritura hasta que quede suave y deja que el puré escurra un rato en el colador.
Mezcla el puré de calabaza en el robot de cocina con la leche condensada, los huevos, las especias, la harina, el azúcar y la sal y añádelo al molde con la base de galletas horneadas. Pon el horno a 150 grados Celsius (marca de gas 2 / 300 grados F) y hornea la tarta durante 90 minutos. Apaga el horno y deja reposar la tarta durante 2 horas. Monta la nata (tan espesa como si fueran natillas) y sírvela junto a la tarta de otoño templada.
