La base de un sistema de almacenamiento inteligente es maximizar el espacio. Te vamos a dar algunas ideas de almacenamiento que sirven tanto para vestidores enormes como para habitaciones sin armario.
Antes de guardar la ropa que no vas a usar en invierno o en verano, asegúrate de que esté limpia y seca. Si la guardas mojada, el moho no tardará en aparecer. Y no hay nada peor que encontrar tu jersey favorito con una mancha gigante en la parte delantera.
Separa las prendas en categorías para que te resulte más fácil encontrarlas: camisetas, vaqueros, faldas, trajes, vestidos, pantalones, abrigos, chaquetas, trajes de baño y jerséis. También puedes ir un paso más allá y separar la ropa formal de la informal.
Luego piensa en qué sitio vas a guardar todo. Invierte en un juego de cajas para tener todo bien organizado. No utilices cajas de plástico. Es importante que las prendas respiren para proteger las fibras. Guarda todo lo que no usas a menudo en la parte de arriba del armario.
Si vas a guardar la ropa en el garaje, asegúrate de no dejarla en un sitio húmedo y échale un vistazo de vez en cuando para comprobar que no tenga moho.
Guarda los accesorios como cinturones, bufandas, gorros, guantes y bolsos en un cajón o en una caja con tapa.
Las cajas apilables para la colada sirven para guardar la ropa. Eso sí, no olvides pegar una lista en la tapa con lo que hay dentro.
Todos conocemos el truco de hacer rollitos con la ropa en lugar de doblarla para hacer la maleta. Pues también puedes echar mano de esa técnica para guardar la ropa. Enrolla las prendas para ahorrar espacio y evitar que se arrugue.
No cuelgues los jerséis en perchas porque si no, aparecerán esos antiestéticos bultos en los hombros. Guárdalos siempre sobre una superficie plana.
Utiliza fundas para la ropa para evitar que los trajes, las chaquetas y los vestidos más caros se llenen de polvo.
Si vas a guardar ropa de niño/a, sepárala por edad y sexo. Etiqueta las cajas en caso de que necesites la camiseta roja para la obra de Navidad o unos pantalones en concreto. Créenos, ¡es imposible recordar dónde los has guardado!
Y, por último, no olvides los zapatos. No tires las cajas de zapatos nuevos y utilízalas para guardar el calzado que no sueles usar.
¡Etiqueta las cajas para encontrar esos taconazos de infarto rápidamente!