Sí, has leído bien: fregar los platos después de comer no tiene por qué ser engorroso. ¡Queremos demostrarte que puede ser algo divertido!
Hazte con las herramientas adecuadas
Si combinas los accesorios correctos, bastante lavavajillas y algunas burbujas con la ayuda de uno o dos asistentes, fregar los platos dejará de ser una tarea tediosa. Ponte los guantes de goma (para proteger tu hermosa piel) y consigue un buen cepillo, un secaplatos y algunos paños para secar (no dejes que los platos se sequen solos; genera una sensación de desorden). Si además optas por un práctico organizador para el fregadero, te asegurarás de que cada cosa esté en su sitio.
Haz que sea una actividad en familia
Cread una rutina y respetadla. Si os vais turnando para fregar, secar y guardar, acabaréis mucho antes.
Transforma esos momentos en tiempo de calidad con tu familia. Puedes planificar algo con tu pareja o hablar con tus hijos sobre los deberes. Hoy en día vamos siempre con prisas y a veces ni siquiera tenemos tiempo para comer en familia.
Hacer juntos una tarea tan simple como fregar los platos puede haceros ganar 15 minutos de tiempo en familia.
Aprovecha el tiempo
Todos sabemos lo que es el «multi-tasking» y hacer otra actividad mientras friegas los platos te ayudará a sentir que estás aprovechando el tiempo. Te damos algunos ejemplos de cosas que puedes hacer mientras friegas los platos:
- Haz una lista con tus canciones favoritas y ponte a cantar.
- Escucha un pódcast para aprender algo nuevo.
- Mira o escucha el telediario.
- Escucha un audiolibro.
- Envía mensajes de voz a tus amigos o familiares.
- Aprovecha para pensar y despejar la mente.
También puedes poner un temporizador (de unos 20 minutos) para evitar distracciones y centrarte en lo que estás haciendo. Como el temporizador puede sonar en cualquier momento, ¡tendrás que darte prisa!
Haz que fregar los platos se convierta en una rutina que puedas compartir con tu familia o compañeros de piso. Como dicen por ahí, el trabajo compartido es más llevadero.
